Emplazan a rectoría U. Católica de Temuco por vínculos con cuestionados sectores empresariales

Las plantaciones no son bosques. Por Alejandra Espinoza.

Las plantaciones no son bosques. Por Alejandra Espinoza.

Un emplazamiento al rector de la Universidad Católica de Temuco, Aliro Bórquez Ramírez, extendida también a diversas autoridades académicas de dicha casa de estudios, entre ellas: Gran cancillería, Monseñor Héctor Vargas; Vice Gran Canciller Presbítero Juan Leonelli; Vicerrector Fernando Peña; Prorector Arturo Hernández; y Secretaria General, Marcela Momberg, fue extendida en el día de hoy a través de una misiva, con relación a los aportes que ha recibido dicha casa de estudios por parte de cuestionada empresa forestal y la relación que a través de diversos programas, investigaciones y convenios se ha sostenido en los últimos años a favor de intereses empresariales que han causado impactos en materia de derechos humanos y medio ambiente.

Asimismo, se criticó el actuar en el desalojo de estudiantes en toma y paro por medio de fuerzas especiales de carabineros en el día de hoy.

La misiva fue extendida por la coordinación de comunicaciones de la Red por la defensa de los territorios. A continuación, parte de los contenidos:

En los últimos años, ha sido preocupante el involucramiento y relación de la Universidad Católica de Temuco a través de programas, convenios, investigación o aportes, con sectores empresariales que se encuentran seriamente cuestionados en materia de derechos humanos y/o por impactos socio ambientales en la Región de la Araucanía.

A modo de ejemplo, hace algún tiempo, CIPER CHILE publicó una investigación sobre aportes de empresas a Universidades y entre ellas, figuró UCT con aportes millonarios, entre otras, de Forestal Bosques Cautín, empresa que ha venido expandiendo gran parte de los nefastos monocultivos de pinos y eucaliptus en tierras de comunidades Mapuche y sectores campesinos, la que además, su gerente, Pedro Jaramillo, ha sido cuestionado por actos racistas contra el Pueblo Mapuche, lo que obligó a que la misma empresa lo lamentara públicamente y cuyos antecedentes fueron vistos por la certificación ambiental internacional FSC, actos denunciados por la Corporación Mapuche Pewün Kimun y que son de conocimiento público.

Por otro lado, varios agentes de la Universidad en áreas de investigación académica han sido parte de numerosos proyectos, con fondos públicos, para potenciar la actividad forestal de intereses empresariales en la Región, incluyendo la apropiación del nombre ancestral Trawü (n) para la “transferencias de conocimientos en el área de la silvicultura de plantaciones de eucalipto desde empresas forestales a público en general”, involucrando a diversas empresas con el propósito de incentivar plantaciones en pequeños y medianos propietarios. Asimismo, proyectos que se vienen gestando desde finales de los 90 para el aumento de la producción de especies exóticas, como el eucaliptus, a través de FONDEF y que ha involucrado la participación de empresas como: Forestal Mininco S.A., Forestal y Agrícola Monte Aguila S.A., Bosques Cautín S.A. and ANAGRA S.A; o, ser parte ejecutora de desarrollo biotecnológico, clonación, de otras especies exóticas como el Alamo, según consta en proyectos Proyecto Conycit D04I1027, desde 2004, involucrando a empresas como Forestal Mininco.

Entendemos que lo descrito ha venido pasando en años anteriores, por lo mismo, se hace oportuno que vuestra rectoría transparente los aportes recibidos por empresas y a su vez, los vínculos que se sostienen a favor de intereses empresariales.
Considerando el nivel de ingresos que reciben las Universidades en el presente, incluyendo la UCT, es de suponer cierto nivel de autonomía para su actuar y de un importante rol y compromiso social, sin embargo, se siguen reproduciendo formas neoliberales y neo coloniales, sumergidos en compromisos de actividades que dañan los territorios, que han causado el desplazamiento de las economías locales y poblaciones rurales, que han alterado ecosistemas y que han profundizado empobrecimientos en diversas esferas, para potenciar el lucro y poderío de ciertos sectores empresariales. Como diría el Obispo Infanti “Se está destruyendo la obra de Dios”, en alusión a los diversos proyectos forestales e hidroeléctricos en Chile, considerando la dependencia de vuestra Universidad con la Iglesia Católica.

Creemos que es de enorme importancia que vuestra Universidad y gobierno académico, dimensionen realmente lo que está ocurriendo en los territorios de esta Región, de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos y daños al medio ambiente causados por actividades industriales de forestales, energía hidroeléctrica y de la industria salmonera a través de plantas de pisciculturas, las que han generado además un grave racismo socio ambiental a la población Mapuche en la Araucanía.

Se ha señalado que la Responsabilidad Social de las Universidades se debe presentar como un desafío en las academias, dado que este concepto implica que los centros de educación superior se comprometen no sólo a formar buenos profesionales, sino también personas sensibles a los problemas de los demás en lo social, en lo colectivo, comprometidas con el desarrollo de su país, la democracia, el respeto al medio ambiente y enfrentar la inclusión social de los más vulnerables ante las enormes brechas de desigualdad, sin embargo, esta realidad en general en Temuco y en particular de la UCT está lejos de cumplirse.

La buena teoría señala que se podría plantear una universidad comprometida, independiente, plural, abierta e integradora, vinculada a lo local, pero sin dejar de dimensionar lo global, que contribuya al bien común colectivo, a la diversidad, desde la plena responsabilidad de servicio. Esa teoría muestra que las universidades son motores de la economía del conocimiento.

Si bien, aparecen en algunos programas e iniciativas relacionadas a actividades sustentables y de tipo social por parte de UCT, sin embargo se evidencia que ese rol “social” son aspectos marginales, sin incidencia, sin práctica, donde el compromiso por el bien común, el bien colectivo, el interés de las mayorías, son en general retóricas, donde algunos profesionales académicos e investigadores lo impulsan por una acción personal, pero que chocan ante una enorme muralla de estructuras rígidas, levantadas por la visión del individualismo, los egos, el cúmulo insaciable del capital para los poderosos y la reproducción de las desigualdades y las discriminaciones. Ojalá se puedan corregir los caminos y la Universidad Católica de Temuco, sea un verdadero aporte al respeto de los derechos en esta Región y se abra a una mejor comprensión y actitud por el bienestar colectivo.

En esta última línea, no es posible dejar en la indiferencia, el uso de fuerzas especiales de carabineros que ha empleado la rectoría para el desalojo de estudiantes organizados de la Universidad en su proceso de toma y paro, en especial, cuando se han presentado diversos planteamientos y propuestas relacionadas al bienestar de la comunidad universitaria, a nuevas formas de saberes y a la construcción de caminos interculturales. No es concebible exponer a climas de violencia a estudiantes que tienen sueños para construir espacios mejores, más justos, más respetuosos y participativos. Se hace necesario erradicar toda forma de autoritarismo y abrirse efectivamente al diálogo y a la comprensión.

La misiva fue suscrita por Alfredo Seguel, por la coordinación de comunicaciones de la Red por la defensa de los territorios.

Fuente: Red por la Defensa de los Territorios Temuco

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