Matías Rojo, vecino de La Florida e integrante de la Red por la Defensa de la Precordillera, entrevistado por Semillas de Agua, explica el largo conflicto que los vecinos de La Florida han tenido con las autoridades para defender el bosque esclerófilo de un invaluable valor natural para la ciudad de Santiago.
Rojo contextualizó lo sucedido este miércoles 25 de junio al interior de la Municipalidad de La Florida narrando que “este miércoles se votaba una propuesta de modificación del plan regulador que supuestamente debía dar solución a la desprotección que tiene el bosque hoy en día. Pero esta propuesta, propiciada por el alcalde (Rodolfo) Carter, pretendía limitar la construcción de viviendas pero abrirle la puerta a una serie de negocios inmobiliarios igual de lucrativos y que pueden destruir el bosque”.
Por eso, dice que los integrantes de la red están conformes ya que el Consejo Municipal les dio la razón ya que la propuesta del alcalde era “totalmente desquiciante”. Pero, lo que queda ahora, continúa Matías, “es que se inicie de inmediato un nuevo procedimiento, donde se den las verdaderas condiciones que requiere el bosque. Esto es, que se reconozca en el plan regulador de la comuna que todo este territorio es un área verde y que no está permitido otro uso de suelo que no sea este de área verde, eliminando la posibilidad de que se construyan proyectos inmobiliarios, es decir que no se puedan realizar edificación urbana acá, y que tampoco se pueda subdividir. Que es justamente lo que estaba proponiendo el alcalde: subdividir en parcelas de una hectárea y permitir la edificación para esparcimiento privado y para equipamiento urbano”.
El integrante de la Red por la Defensa de la Precordillera explica que defienden el bosque con mucha fuerza porque “aquí está en juego nuestra dignidad como ciudadanos, porque pensamos que tiene que ser un espacio para realizar las actividades tradicionales de este sector, caminar, andar en bicicleta, salir con la familia y no para hacer lucro inmobiliario”.
Rojo recordó el aluvión ocurrido el año 1993 en la Quebrada de Macul que cobró vidas humanas y por eso buscan soluciones por parte del Estado, pues estos eventos no son naturales y se pueden evitar parando la construcción inmobiliaria en la cordillera, donde el agua se debe absorver.
Además, llama a los capitalinos a hacerse responsables del vínculo con la naturaleza y con este territorio. Por eso “debemos cuidarlo y construir a pulso ahora mismo el parque comunitario que estamos soñando, porque aquí nadie nos va a venir a regalar nada, el parque comunitario lo vamos a construir nosotros mismos”, manifiesta y agrega que la estrategia ciudadana contempla un segundo camino que es el institucional porque “necesitamos que el Estado proteja oficialmente este territorio declarando que aquí hay un ecosistema valioso… por eso es que estamos emplazando a la Municipalidad y al gobierno central a que se hagan cargo de este y que sean protagonistas de este conflicto ambiental”, espeta.
Matías invita a estar informados de las actividades que se realizan para cuidar y construir el Parque Comunitario El Panul revisando la página web www.redprecordillera.cl
We tripantu: cuando comienza el pequeño verano
La campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, la organización Ad Llallin de arte textil mapuche, y la Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile invitan a participar el domingo 29 de junio a un Intercambio de Semillas Libres de Patentes, Plaguicidas y Transgénicos, en Santiago. Desde las 12 del día en Santa Rosa 1727.
Loreto Millalén, parte de la organización de telares mapuche Ad Llallín, cuenta que el We Tripantu es “el comienzo de este nuevo ciclo, donde tenemos la oportunidad de renovarnos y de comenzar una vez más nuestro camino individual y comunitario” y en este Trafkintu “vamos a compartir nuestros saberes, las semillas que hemos criado y los cuidados que debemos tener para continuar colaborando en la protección de las semillas libres, las semillas campesinas e indígenas, y en la protección de la soberanía alimentaria”.
Millalén invita a asistir “con las mejores ganas de compartir para darnos mucha fuerza y observar cómo nos acercamos al sol y cómo este nuevo sol nos da la bienvenida”.
Lo importante de hacer Trafkintu –explica Loreto- es porque es el espacio donde se practican y conservan las tradiciones, las ideas ancestrales, los sentimientos ancestrales. “El trafkintu es una tradición muy hermosa porque nos pone en la capacidad y en el ejercicio de intercambiar en este caso semillas, conocimiento y plantas que son elementos que nosotros atesoramos y valoramos mucho, intercambiando, dándole espacio a la generosidad, solidaridad, a la proyección en común. La experiencia nos permite convertirnos cada vez más en gente de la tierra, haciendo como la tierra, tan generosamente, como multiplicar abundancia”. Y continúa narrando que es un “ejercicio de intercambio donde todos salimos enriquecidos, pero está totalmente lejos del dinero. En este caso, el dinero no interfiere, y los valores que ponemos a nuestro intercambio está en nuestro sentimiento, en nuestra idea y además, como es intercambio de semillas, son pequeñas vidas que están guardaditas en unas cápsulas, entonces es muy simbólico. Además que es una tradición milenaria en todo el continente, en todos los continentes se ha hecho”, asevera la dirigenta.
Millalén explica que las personas que intercambian “quedan entrelazadas a través de sus historias, a través de las experiencias que relatan y comparten que quedan tejidas en la memoria e invisiblemente van fortaleciendo la red, con el sentimiento que nos mueve y esa certeza que solo se basa en la fe que tenemos, que es la que quiere mover montañas contra las que estamos luchando”.
Esta ceremonia es un momento para fortalecer, nutrir y “recordar que somos hijos, hijas de la tierra”, y se hace en We tripantu, pues es el momento “donde celebramos todo lo chiquitito, a los niños, las semillas, a los recién nacidos y también a las semillas que son lo más pequeño que puede ser y que puede ser un enorme resultado de abundancia para la comunidad”.
Aquí se queda “el profundo invierno, que es cuando comienza el pequeño verano”, y se ponen las intenciones en la tierra como una semilla, “para que pueda nutrirse, pueda crecer y fortalecerse”, concluye invitando para el día domingo 29 de junio a partir de las 12 hrs en Santa Rosa 1727.
Escuche además el documental sonoro de los deudores habitacionales (Gentileza Rudech tv) y el comunicado de la CAM.
Todo eso solo es posible en We tripantu por Semillas de Agua