Declaración de Red de género y salud ante vacunación contra virus del Papiloma Humano

El día de ayer se dio inicio a la campaña en Chile para la vacunación universal contra el Virus Papiloma Humano a niñas de 4º básico, en el marco del Programa Nacional de Inmunizaciones.

Entre los argumentos asumidos, está su supuesta eficacia para reducir la aparición del cáncer de Cuello del útero. Sin embargo, esto está puesto en duda a nivel mundial. La Dra. Diane Harper, principal investigadora que participó en la elaboración de la vacuna, cuestionó su eficacia debido a que el 70% de todas las infecciones de VPH se resuelven solas, sin tratamiento, en un año, y el número se eleva a más del 90% en dos años y la falta de ética con que fue probada, ya que todos los ensayos de las vacunas se realizaron en niños de 15 años o más[1], sin embargo, se ocupa para niñas bastante menores de esa edad. Además, la vacuna actúa sólo sobre 2 de las 12 cepas del virus que pueden provocar cáncer cérvico uterino, no está comprobada su eficacia contra esta enfermedad ya que ésta tiene un largo periodo de incubación (20 a 30 años), y por añadidura no es más económica ni más segura que la prueba citológica disponible en nuestro país desde hace muchos años.

Se habla también de equidad en salud. La vacunación se ha caracterizado por aplicarse  masivamente a niñas y, en Latinoamérica, a las niñas más desprotegidas (pobres, zonas rurales, etc.). Si lo aterrizamos en Chile, son niñas que además tienen muy pocas o nulas probabilidades de haber accedido a educación en sexualidad, pese a que lo que pretende prevenir la vacuna es una enfermedad de transmisión sexual, que es principalmente transmitida por los hombres. Entonces, ¿de cuál equidad estamos hablando? Claramente de género no, pues se le carga toda “la responsabilidad” de la “prevención” a una niña de 9 años. Se reafirma una vez más mediante la política pública el papel de reproductoras de las mujeres, desde que son niñas.

La vacuna se asume como una estrategia de prevención en salud. Claramente, desde una visión fuertemente biomédica, que centra su eficacia en un modelo mecánico y despersonalizado de causa-efecto, donde no tiene cabida la conciencia, autonomía y capacidad de decisión del sujeto. Si la intención fuera prevenir, se impulsaría una política integral de formación en sexualidad, pero la forma en que se está lanzando la iniciativa pública, parece más bien un gran experimento de salud pública que resguarda los intereses de las grandes transnacionales farmacéuticas. En este sentido, existen antecedentes de graves conflictos de intereses, ya que prácticamente todos los investigadores reportan alguna relación, directa o indirecta, remunerada o de financiamiento con Merck, empresa productora de Gardasil[2].

Abunda la información que circula en la web sobre la vacuna VPH, una parte dedicada a defender la inocuidad y eficacia de la misma, generalmente en la voz de la oficialidad: instituciones de salud, autoridades de gobierno y representantes de las empresas farmacéuticas; y otra, que advierte del peligro de la vacuna, generalmente en las voces de las víctimas y de activistas, en forma de denuncias, testimonios, demandas legales, artículos científicos, entre otros.

No estamos en los tiempos en que la alerta de abuso social y estatal sobre las mujeres se levantaba desde la propia experiencia, como sucedió durante los años 90 en que el movimiento feminista por el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos exigió el cese de una cuestionable investigación sobre la esterilización química con Quinacrina[3]. Esa vez también existían antecedentes a nivel mundial que hacían dudar de la inocuidad de dicho medicamento y en Chile se estaba utilizando sin haber sido informado públicamente. Hoy, en Chile desde hace varios años, silenciosamente, varios municipios (Huechuraba, Limache…) han aplicado la vacuna a niñas entre 9 y 12 años, gastando en ello los escasos recursos municipales. En Huechuraba, por ejemplo, el año pasado se anunciaba la vacunación de 400 niñas, aludiendo a razones de equidad y justicia social, pues este tipo de cáncer afecta a las mujeres más pobres[4].

Los reportes sobre los efectos adversos que se asocian a la vacuna provienen de Estados Unidos, Francia, Japón, España, Canadá, Colombia, Argentina… entre los que se encuentran desmayos, mareos, dolores de cabeza, dolores abdominales, dificultades respiratorias, taquicardias, adormecimiento en brazos y piernas, estado de rigidez en el cuerpo[5], pero además, las reacciones adversas graves en todo el mundo incluyen muertes, convulsiones, parestesias, parálisis, síndrome de Guillain-Barré (GBS), mielitis transversa, parálisis facial, síndrome de fatiga crónica, anafilaxia, desórdenes autoinmunes, trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, y cáncer de cuello uterino[6]. Se reportan muertes de niñas en India[7] y España[8] tras recibir esta vacuna.

Se pueden registrar innumerables iniciativas contrarias a la vacuna de parte de diversos organismos públicos y la sociedad organizada con el objeto de proteger la salud de las niñas y las mujeres: En 2007, 10.000 profesionales de la salud en España firmaron un manifiesto titulado “Razones para una moratoria en la aplicación de la vacuna del VPH en España”[9]; El 29 de octubre de 2012, tres mujeres de la India junto a una sociedad civil de apoyo a las mujeres, presentaron una demanda ante el Tribunal Supremo de la India, contra la Agencia General de Medicamentos de la India, El Consejo Indio de Investigación Médica, El Estado de Andhra Pradesh, El Estado de Gujarat, PATH International, GlaxoSmithKline Asia Private Limited, MSD Farmacéutica Private limited; en Estados Unidos, abril de 2011, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) rechazó la petición de laboratorios Merk, de obtener una licencia para indicar la utilización de GARDASIL ® a mujeres de entre 27 a 45 años, lo que se consideró un triunfo científico por organizaciones sociales activistas; en 2013, el gobierno Japonés anunció la apertura de una investigación sobre los posibles efectos adversos de la vacuna[10]; en Canadá, España y Alemania científicos exigieron a sus autoridades sanitarias una moratoria en la vacunación masiva, hasta tener pruebas científicas sólidas respecto de la seguridad y eficiencia de las vacunas Gardasil y Cevarix[11]; en Francia, en noviembre de 2013, la Comisión Regional de Indemnizaciones de Accidentes Médicos de Aquitania (Francia) reconoció la relación de causalidad de la vacuna del papiloma con daños en el sistema inmune de una chica de 15 años[12]. En este movimiento, destacan dos organizaciones sociales, una española, la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP), formada por familiares de niñas con serios daños a su salud asociados a la vacuna, y SANE Vax Inc, que lucha por una práctica segura, asequible y necesaria de la vacunación. Para rematar, la principal investigadora que participó en la elaboración de la vacuna Gardasil y Cervarix, la Dra. Diane Harper, en un discurso público, dio varias razones para no confiar en la vacuna.

Con todos los antecedentes expuestos, como mínimo debería quedar instalada la duda y de un gobierno que se dice respetuoso de los derechos humanos, se espera que antes de masificar la vacunación contra el virus del papiloma humano en niñas, impulse las investigaciones pertinentes y las evaluaciones desde una perspectiva ética y de equidad social en salud. De lo contrario se estaría comprometiendo la salud de las niñas a largo plazo, ejerciendo violencia contra ellas y se estarían perpetuando problemas que afectan a las mujeres derivados de las inequidades de género.

3 de Septiembre de 2014

Fuente: RED DE GÉNERO Y SALUD DE LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE MEDICINA SOCIAL –

RLGS ALAMES CHILE 

 

APOYAN ESTA DECLARACIÓN

 

Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres

Dra. Debora Tajer

Profesora Adjunta a cargo

Catedra Introducción a los Estudios de Genero

Facultad de Psicologia- Universidad de Buenos Aires

 

Sara Yaneth Fernández Moreno

Profesora Universidad de Antioquia

Coordinadora RLGSC ALAMES

Medellín Colombia

 

Lilian Toledo

Operadora en Psicología Social

RLGS ALAMES Uruguay

Lic. Elsa Schvartzman  (DNI 6 497 022)

Docente integrante de la Cátedra de Sociología de la Salud.

Facultad de Ciencias Sociales- Universidad de Buenos Aires

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[1] wikipedia.org

[2] Jornada.unam.mx [04/03/2009]. Asa Cristina Laurell. La vacuna contra VPH: el conflicto de interés.

[3] La investigación, dirigida por el Dr. Jaime Zipper, se desarrolló entre los años 70’ a 90’ en tres hospitales de Chile, llegando a ser esterilizadas 5.000 mujeres con este método, pese a recomendaciones contrarias a nivel internacional, lo que finalmente fue reconocido por el Instituto de Salud Pública.

[4] colegiodematronasdechile.cl [23/09/2013]. Municipalidad dispuso 400 vacunas para niñas de colegios municipales de la comuna, mientras que subsecretario de Salud Pública señaló que el impacto es mínimo.

[5] LaTarde. Com [01/09/2014]. La polémica alrededor de la vacuna contra el VPH.

[6] Del artículo científico: Human papillomavirus (HPV) vaccine policy and evidence-based medicine: Are they at odds? Annals of Medicine, de Lucija Tomljenovic y Christopher Shaw; En: Noticiasdeabajo [01/05/2013]. Una revista médica cuestiona a vacunación contra el VPH.

[7] Noticiasdeabajo [15/01/2012]. Demanda en la India por graves efectos adversos de las vacunas contra VPH.

[8] En Septiembre de 2012 una niña de 13 años murió en Galicia por una crisis asmática tras recibir la segunda dosis de la vacuna contra el VPH. En: Cultura, poder y feminismo [02/04/2013]. La vacuna contra el VPH, el polémico pinchazo.

[9] Ibid.

[10] elespectador.com [06/08/2013]. Los japoneses le ponen “peros” a la vacuna contra el papiloma.

[11] Jornada.unam.mx [04/03/2009]. Asa Cristina Laurell. La vacuna contra VPH: el conflicto de interés.

[12] Migueljara.com [28/11/2013]. Un tribunal médico de Francia reconoce los daños por la vacuna del papiloma.

Vacunación contra el Virus Papiloma Humano en el Programa Nacional de Inmunizaciones ¿Prevención o perpetuación de inequidades?

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