A un año Valparaíso clama: ¡Contra la Corrupción que Nos Quema!

Fuera Castro, protesta (21 de mayo) (1)Este 12 de abril se cumple un año del incendio más devastador de la historia de Valparaíso. A un año desde esta tragedia que destruyó gran parte de nuestros cerros y que cambió rotundamente la vida de miles de pobladores, el contexto en que nos desenvolvemos sigue siendo el mismo.

Continuamos viviendo con la incertidumbre de ser gobernados por una casta política en plena crisis existencial y con una credibilidad en caída libre, con lamentable inoperancia a la hora de congeniar las realidades de quienes viven en el plan, “aislados” de este tipo de amenaza, y quienes hoy no eligen donde vivir, ocupando espacios olvidados en la periferia urbana.
Se hace necesario emplazar al Estado y sus instituciones, y quienes creen en ellas, a superar las escuálidas expectativas que hoy tenemos de toda su máquina.

Hoy el llamado es a plantear un rediseño urbano en Valparaíso que nos evite las tragedias que hemos vivido. Para esto, es necesario un trabajo en conjunto entre organizaciones comunitarias activas de los sectores afectados y en riesgo, y encargados de gobierno local de confianza, que estén familiarizados con la zona y sus características.

Calendario de Actividades Conmemoración incendio de ValparaísoNo resiste análisis constatar la nula credibilidad de cada autoridad que sube a “dialogar” con habitantes que poco participan en la comunidad y con juntas de vecinos escasamente representativas y sectarias.

Estamos frente a un municipio mafioso, corrupto y negligente, y un gobierno ausente. Es así como se explica que se acordó un plan maestro para reorganizar Valparaíso que los vecinos no tuvieron oportunidad de debatir o siquiera revisar antes de ser oficial.

Con cifras económicas exorbitantes que abruman la visión de lxs pobladorxs, quienes trabajan, estudian, o mantienen humildemente sus hogares arrasados; y megaproyectos que sólo ensalzan la visión egocéntrica e irresponsable autocrítica de personerxs que han perdido el pulso de nuestras necesidades y propias capacidades.

No pedimos mediaguas o subsidios, se nos deben años y vidas de trabajo y esfuerzo. Necesitamos dignidad y eso no se vende en las farmacias.

Realmente no nos cuaja su institucionalidad oficial. Vemos como sólo legitiman su autoridad y establecen una pseudo necesidad de orden ante la catástrofe que ustedes mismos nos crearon con propiedad privada en el olvido y un vicioso sistema de ordenamiento territorial al mejor postor. A expensas de la seguridad de las comunidades y sus habitantes nos extraen con mentiras de un supuesto mejor vivir.

En lugar de escuchar llamadas al respeto y la prudencia en el accionar conjunto, nos envuelven en un maldito ambiente de depredación y sobrevivencia limítrofe. Gracias a sus empresas coludidas dejan nulo margen a la recuperación de los suelos, el agua, y la vida que nos une. Su modelo fracasado de monocultivos exóticos es la principal causa de sequía, déficit hídrico, incendios forestales y poblacionales, perdida de la diversidad nativa y la degeneración de las comunidades autóctonas.

En el caso de nuestros cerros, son las mafias especulativas, los negocios inmobiliarios y las bandas de inescrupulosos -desde el municipio hasta las más altas esferas de gobierno- que coartan las acciones que sólo buscan el mejor vivir para el grueso de la población.

Para muchos es patente el historial de negligencia y corrupción existente en las autoridades de Valparaíso. En diversos medios de comunicación se han expuesto antecedentes que detallan los desfalcos presupuestarios que ahogan esta ciudad en ascuas y que han expuesto fatalmente a toda su periferia y centro. Por ejemplo, anuncian, por un lado, la supuesta limpieza de quebradas, pero por otro, olvidan fiscalizar los basurales.

Los conjuntos habitacionales siniestrados hemos sido abandonados a nuestra suerte. Somos obligados a vivir superando efectos de desastres anunciados y no promovidos a una mejor forma de vivir.

Queremos destacar el aguante y la organización en las zonas afectadas en Valparaíso. Enviamos un saludo fraterno a los miles de corazones solidarios que se movilizan por mayor justicia en este momento en que Chile vive las peores calamidades. Enviamos nuestro máximo newen a los hermanos del norte que están viviendo en carne propia el mal diseño del sistema hegemónico imperante y la desidia comunicacional más rancia desde los medios oficiales. Solidarizamos también con nuestros hermanos del sur quienes viven hoy la compleja situación de los incendios forestales intencionales.

Para finalizar sólo queremos dejar patente que esta reconstrucción es de la gente y desde la gente, por sus propias fuerzas y medios, y que seguiremos construyendo de pie junto a ellos una vida digna, sin corrupción ni abandono.

Fuente: Centro Comunitario Las Cañas
Valparaíso, abril 2015

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